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18 jul 2007

Exposición: "Los grandes retratos de Nadar"




En el Centro Cultural Borges.
Hasta el 15 de agosto.












Félix Tournachon Nadar (1820-1910)


Los sesenta retratos que se exhiben son testimonio documental de gran relevancia sobre aquellos personajes retratados por Félix Nadar, que fueron la gloria intelectual, literaria y artística del Segundo Imperio en la Francia del siglo XIX bajo el reinado de Napoleón III, entre ellos Julio Verne, Charles Baudelaire, Edouard Manet, Alexandre Dumas, Eugène Delacroix y Sara Bernhardt.


A continuación, algunos fragmentos de La fotografía como documento social, de Gisele Freund.

"Su padre, por tradición familiar era librero, editor e impresor. La familia Tournachon pertenecía a la burguesía intelectual de provincias. Vivía holgadamente, era monárquica y tenía influencia en los ambientes de la buena sociedad. Estaba claro que sus hijos debían dedicarse al estudio. Mandaron a Félix a París (...) Alejado de la familia, sin la presión de la autoridad paterna, siguió sus estudios con gran irregularidad. Cuando más tarde, sometiéndose a la voluntad de sus padres, estudió medicina en la Escuela secundaria de Lyon -pues un médico estaba bien visto por la buena sociedad-, se interesó más por la literatura que por la anatomía. Pero de golpe esa existencia tocó su fin. El padre quebró a raiz de los grandes gastos ocasionados por la publicación de una edición de lujo de Buffon y de un léxico en siete lenguas. Esa circunstancia supuso la interrupción de los estudios. Lo más seguro es que Félix Tournachon no se sintiera muy apenado. Aún así, se veía obligado a encontrar una manera de ganar dinero. Se inclinó hacia el terreno que, ya en el colegio, era el de sus preocupaciones, la literatura."

"No había aún luz eléctrica; únicamente unos escasos faroles despedían avaros fulgores en esas calles del Quartier Latin, estrechas, mal adoquinadas. Hacia 1836, el único medio de comunicación en París era el coche ómnibus; y ni siquiera había más de un centenar de vehículos de ese estilo. En los cafés y lecherías de la rive gauche, en un ambiente de pequeños funcionarios, obreros, artesanos y estudiantes, Nadar traba amistad con algunos miembros de la bohemia y se incorpora a su grupo."

"Como gasta y despilfarra muchísimo, anda siempre metido en dificultades materiales. Y para colmo ahora debe también alimentar a su familia. Un día, que recibe la visita de un amigo, el escritor Chavette, Nadar se queja de sus problemas materiales. Chavette le indica que uno de sus amigos quiere desprenderse, por unos cientos de francos, de un equipo completo de fotografía, y le propone que se establezca como fotográfo. Debe, le dice, al menos intentarlo, pues es una profesión que está de moda y promete excelentes rendimientos. Nadar, algo perplejo ante semejante propuesta, se resiste de buenas a primeras. Siente, como todos los artistas de su tiempo, ciertas prevenciones contra la fotografía. Demasiados elementos sospechosos, a ojos de los artistas, se han introducido ya en el oficio de fotográfo y lo desprestigian ¿dejar el arte? ¿buscar únicamente la forma de ganarse el sustento? Nadar vacila. Pero poco después, impulsado por la necesidad, se decide a adoptar la nueva profesión."

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